Decía mi profesor José López Franco que ‘el objetivo muere en cuanto se consigue’. Desde entonces, recuerdo esa frase siempre que me asalta la idea de hablar de las metas, los objetivos, los propósitos y, en general, cuando hay que plantearse un nuevo proyecto. Y qué mejor que el primer día del nuevo año para plantearnos una meta, un propósito con el que comenzar con el pie adecuado 365 días para vivir según el sentido que queramos dar -o estemos dando ya- a nuestra existencia. El objetivo forma parte de ese ‘orden’ que persigue el ser humano en su vida, y que, en una sorpredente estructura circular, le devuelve en forma de misiones cumplidas las tareas a las que se entrega con sinceridad, corazón valiente y determinación.
En estos primeros días del año, fijarse objetivos personales es una de las mejores formas de empezar una nueva etapa cronológica, aunque arbitraria, como toda la regulación temporal en la vida civil. Recomiendo hoy a mis lectores, como deseo para este año de 2016, una sencilla técnica para fijar uno o varios objetivos para el año que comienza. ¿Qué objetivo puedo fijar en mi vida?, ¿cómo puedo comprobar su evolución?, ¿de qué manera saber si el objetivo elegido se adecua a lo que realmente persigo en la actualidad?
Hay autores, por lo general del ámbito de la organización, que hablan de plantear los objetivos en forma de metas, es decir, usando un sencillo acrónimo: Medibles, Específicas, Temporales, Ambiciosas y Sensatas. Esas cinco características adornan y configuran el objetivo que nos queramos plantear.
- Medida: Tu objetivo debe ser susceptible de contar una unidad de medida. Desde escribir un libro (número de libros) hasta llegar a pesar 60 kilos (peso medido en kilos). El objetivo debe medirse en una unidad que cuantifique su consecución, su porcentaje de cumplimiento y su desviación.
- Especificidad: Las metas, los objetivos, deben ser específicos. Cuanto más generales, más se disuelven, se atenúan y se hunden en el mar de un buenismo paralizante. La mejor objetivación de un objetivo es que este sea específico. Algunos objetivos específicos son los siguientes:
- «Participar, al menos, en tres carreras a lo largo del año»
- «Obtener el certificado de inglés B1 antes del final de 2016»
- «Mejorar mi formación con la participación en cuatro cursos ofrecidos por mi Asociación profesional»
- «Dedicar 30 días al año a actividades al aire libre con mi familia.»
- «Publicar tres entradas semanales en mi blog»
- Temporalidad: La dimensión temporal también debe estar presente en la planificación de un objetivo. Los objetivos deben estar referidos a un periodo de tiempo, generalmente un año, por ser esta la medida del ejercicio económico y el periodo más generalmente aceptado al ejecutar un proyecto. Ello no es óbice para elegir los segmentos temporales que prefieras y en los que te encuentres cómodo.
- Ambición: Si un ápice de ambición, de motivación de logro, que lleve aparejada una dificultad, o, al menos, un esfuerzo para conseguirlo, el objetivo no deja de ser una plasmación bienintencionada de algo facilón, que no va a obligarnos a mejorar. Tengamos un poco de amor propio, de valor, para subir el listón de nuestro salto e inyectemos algo de ambición en el objetivo que estamos configurando.
- Sensatez: Las metas deben ser alcanzables, es decir: que dejen que haya un trasfondo de realidad en todo el proceso. Muchos proyectos no salen adelante por ser ensoñaciones, quimeras, que no bajan a la realidad de lo posible. No estamos para idealismos, sino para avanzar con todo el peso (y también la satisfacción) de una realidad temporal, profesional, familiar… que llama sin cesar a nuestra puerta.
Otros hablan igualmente de los objetivos SMART, de la palabra inglesa ‘inteligente’: Objetivos que deben ser específicos (specifics), medibles (measurable), alcanzables (attainable), relevantes (relevant) y en un tiempo determinado (timely). Como veis, se trata de la misma idea: llegar mediante la sencillez al puerto seguro de nuestras metas.
Un objetivo nos acerca a la persona que queremos ser, que estamos llamados a ser. La dirección por objetivos, tras la que, de nuevo, asoma el talento del gran Drucker (1964), facilita, no solo a las personas, sino también a las organizaciones, las consecución exitosa de tareas, y nos acerca a un punto claro y sirve, como los faros en el puerto, de señal de aviso y cercanía, de peligro y de encuentro.
¿Qué pasos dar, entonces, para fijar nuestro o nuestros objetivos para una etapa de nuestra vida? Toma papel y lápiz y escribe qué quieres conseguir, qué beneficios obtendrás de ello y cómo sabrás que has conseguido tu meta. Un ejercicio un poco más exigente de introspección puede llevarte a analizar qué necesidades personales cubrirás con la consecución de tu objetivo (Si se trata de dejar de fumar, recuperar la salud o la jovialidad de ánimo; si se trata de iniciar una nueva etapa profesional, la necesidad de autoafirmar tus capacidades o tu independencia económica).
Recuerda que cada objetivo debe ir acompañado por acciones específicas, lo que yo llamo PPs (pequeños pasos) en el camino. Si: como si se tratara de una ruta senderista, de una subida al monte, pronto verás cómo vas quemando etapas y vislumbrando la cima. Un buen método de seguimiento puede ayudarte a lograrlo, pero quizá, si eres más imaginativo, puedes escribir en una sencilla pizarra, o post-it, algunas afirmaciones del tipo: ‘Adelante’, ¡Vas muy bien’, ‘Ánimo’, o aquellas frases que te inspiren o motiven para cuando necesites recurrir a ella. Parece un planteamiento infantiloide, pero aun así corren ríos de tinta sobre la importancia de las autoafirmaciones. Si te sirven, adelante.
Recuerda que en todo proceso de toma de objetivos vas a tener que vértelas con los obstáculos, objeciones, críticas y otras barreras que pueden ser (no digo que sean, sino que pueden ser) oportunidades de aprendizaje para ti. Si no eres capaz de aprehenderlas, despréndete de ellas tan pronto como sea posible. Tenlas en cuenta también en la planificación anual, y no olvides que quizá tú seas tu más feroz e implacable critico: ¡no te tomes tan en serio, chaval!
He querido resumir estos consejos en una HOJA DE METAS para que puedas llevar a cabo sin prisa en cualquier área de tu vida. Te deseo mucho éxito en tus nuevos objetivos para el año.